
No es mi intención "subirme al avión” malayo desaparecido hace ya más de una semana. Mucho menos llamar la atención por medio de un hecho que, sea como sea, parece contener no solo un misterio, sino la fatídica carga del destino de 239 personas que (nunca mejor dicho) se desvanecieron en el aire.
Por el contrario, encuentro aberrante que se utilice el hecho como carne podrida para las moscas. Utilizar el desastre y la miseria humana para vender...